sábado, 21 de julio de 2012

LEYENDAS DE MI REGIÓN-VERSIÓN UNO


En este espacio se muestran una serie de leyendas que hacen parte de la construcción de la región y que en múltiples ocasiones se disfrazan de carnaval, cabe recordar que estos textos son nacientes de la oralidad y luego, pasan a formar parte del compendio de la escritura, formando nuevos conceptos como el de "oralitura".

Aquí hay una muestra de los estudiantes del semestre A 2012:

EL DUENDE TAMBIÉN RAPTA A LOS HOMBRES

Figura No 1. El duende cantor
Escultor: Franklin Melo Cháves
Por Iván Dario Martínez Cháves
Estudiante de Medicina

Cuentan los ancianos, que los duendes también secuestran  a los humanos de género masculino para hacer trabajos forzados, que a ellos, no les gustan hacer...

En una ocasión, una familia del campo conformada por Rosa y Juan (los padres), y Andrés y  John (los hijos), siempre se comunicaban con amabilidad y confianza. Así, los hermanos salían todas las mañanas a cortar leña para las funciones y necesidades de su casa. Un día Andrés sale a cortar leña, pero se interna demasiado en el bosque y mira a lo lejos un hombre de baja estatura, con un gorro puntiagudo demasiado llamativo. El pequeño hombre pedía auxilio y Andrés le prestó atención. 

Después del evento, el hombrecillo le dice: ¿Tú quieres mi oro? Andrés responde: sí, ¿Qué tengo que hacer para tenerlo? -Solo tienes que hacer unos arreglos a mi castillo- dijo el primero. Andrés con tal ambición, decidió salir con este pintoresco personaje.

Mientras tanto, en la casa de Andrés estaban preocupados por su ausencia, por eso deciden salir a buscarlo en la madrugada pero no tuvieron ninguna señal del joven. Buscaron y buscaron, habían pasado cuatro días de incertidumbre, y que terminaron a encontrarlo en una casa abandonada ya por caerse. Estaba comiendo una gran cantidad de desechos de ganado. Sus padres y su hermano le preguntaban por qué estaba comiendo eso. Andrés, les respondía que era un rico pastel que el dueño del castillo le había dado por el arreglo del techo del castillo...

Al escuchar esto, sus familiares deciden sacarlo de inmediato de ese lugar, llegando  a la conclusión: !ESTÁ ENDUENDADO! 

Y desde entonces, se dice que Andrés en las noches de luna llena, es raptado por este extraño personaje y sus familiares tienen que salir a buscarlo.      
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EL PADRE DESCABEZADO

Figura No 2. El padre descabezado
Fuente: Los Andes.com
Por Nicolás Alejandro Arellano Villota
Estudiante de Lic. Lengua Castellana Y Literatura


La penumbra cubre casi por completo las calles, las cuales están iluminadas por pequeños faroles que producen una tenue luz que corta e incomoda a la oscuridad con su incesante parpadeo. El silencio se apodera también de éstas calles, adornadas -en ocasiones- tétricamente por la luna. Además, dicho momento se complementa con una iglesia blanca y azul, donde varían los tintes de terror, produciendo una casi perfecta gama de colores de misterio. 

A la media noche, de entre la espesa niebla y el escándalo del silencio, aparece un padre con su sotana negra, rosario y crucifijo en una mano y la biblia en la otra, faltando solo una cosa para estar completo: su cabeza.

El padre descabezado camina sin rumbo, dando las misas que no alcanzó a dar en vida. Nadie sabe lo que este ente con sotana les hace a sus victimas, tal vez las busca para romper sus votos de celibato, pero no quiero averiguarlo. El padre descabezado sigue apareciendo en las calles de San Felipe y se rumora que cuando ofrezca su última misa, podrá descansar en paz.

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INSÓLITA VIDA

Figura No. 3 Expresiones
Fuente: Facebook.com
Marilyn Stephanny Cabrera Tobar
Estudiante de Licenciatura en Lengua Castellana y Literatura


Una visión que le hace falta a muchos.

Ella sintió al amanecer una pesadez en sus parpados y lo único que pensó, fue en no despertar, pues aún quería que sus sueños estuvieran presentes, para así contarle nuevas historias al mundo, unas mucho más largas, que hagan lo posible por cambiar la visión de aquellos gusanos que no buscan sino corroer los frutos y enviar bellos cantos al viento, para sentir una vez más !Qué estaba viva!, aunque a veces intuye que no tendrá salida, ya que sus deseos por plantearle al ser humano una  forma más completa de lo que realmente  significa el estar entre la tierra y el cielo, suelen terminar presos en la oscuridad de lo que significa la nada.

Pero la muerte aún no era dueña de su alma, se mostraba tan dura al corresponder a su pensamiento rocoso, podría soportar los disparates más locos, hasta los de un payaso, mostrándose fría, hipócrita y llena de coraje al momento de lanzar una sonrisa.

Al despertar tomó su sabana para secar su rostro mojado de ilusas emociones, esperanzas y visiones que tomaría como puntal para abrirle su verdadero corazón al más transeúnte ser, la mujer camina al colorido pero silencioso lugar lleno de sillas vacías que en algún momento tardío serian ocupados por aquellos experimentos de la vida.

Cuando observa que el lugar está a punto de reventar, inicia a contar lo que en muchas noches le dicto su estrepitoso inconsciente y ella ha convertido en grandes historias, luego de narrar unas cuatro o cinco dirige su mareada mirada a un hombre que se encontraba parado en el umbral de la puerta, por lo visto del senado lo cual es algo muy extraño, así que decidió ponerle los más helados frenos a sus relatos y de aquel extremo le lanza los más posibles cuestionarios.

El hombre aguardo silencio hasta que la mujer pronunciara la última palabra de su tan planeado discurso para aquella sociedad que a su parecer pone veneno hasta en el pétalo de la flor más hermosa, así que Gabriel impregnaba en su mente la figura de María Victoria, una pintura creada con el más fino pincel y al sentir sus ojos frente a su gran tallado cuerpo le dijo: mírate eres una mujer que intenta cambiar el mundo, pero suenas como si quien en realidad deseara cambiar fueras tu. Mi alma a decidido que yo pisara el camino a este lugar para pedirte  algo: cuenta tu historia, aquella que relate tu vida y no la que quisieras vivir, victoria sonrojada cerro sus ojos y empezó a descubrir quién era realmente y así despertó y pudo cambiar el mundo.  


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EL PADRE DESCABEZADO
Por Viviana Villareal
Estudiante de Economía


Carlos Alberto miró de reojo su reloj y precipitadamente se levantó del mullido sillón donde libaba unos tragos en compañía de una grata y concupiscente mujer, tomó su abrigo y salió a la calle, bajó el umbral de la puerta miró a uno y al otro lado de la oscura calle, nada o casi nada observó en medio de la tenue luz del deficiente alumbrado público del sector. Se levantó las solapas del chaquetón para cubrirse un poco del frío de aquella noche y comenzó a caminar pausadamente hacia la parte baja y central de la ciudad.

Su sombra se proyectó sobre la fría pulidez de la grisácea piedra que a manera de irregular tablero de ajedrez servía de andén en la estrecha calle. Observó, entonces, cuán flaca era su contextura al contrastar la delgada cabeza proyectada con la holgura de su gabán oscuro, hizo un ademán con una de sus manos y miró igualmente como sus manos contrastaban con las anchas mangas del sobretodo. Sonrío para sus adentros y miró nuevamente la hora en el reloj. -¡Caramba! ¡Cómo pasa el tiempo! !Son cerca de las doce!- meditó en su pensamiento y continúo calle abajo sin observar movimiento alguno a su alrededor.

Su escuálida figura, de hombre alto, con un gabán oscuro, ancho, se agigantaba y achicaba a la vez sobre la sombra proyectada por la tenue luz de las bombillas del alumbrado público. Habían pasado unas cuantas horas con aquella grata compañía de la concupiscente mujer y ya era tiempo de regresar a casa para descansar holgadamente bajo el techo de su propio hogar. El licor que consumió sirvió únicamente para deleitar la palabra, para amenizar el momento de aquel amor furtivo, no había embriaguez en su cabeza ni mucho menos, los estragos tambaleantes del beodo, apenas daban pauta para aplacar el frío de la oscura noche sobre la estrecha callejuela.

Sintió de pronto un ruido que salio entre las sombras y vio cruzar delante de él un pequeño montículo fugaz, que al llegar al lugar titilante de la tenue luz pudo distinguir: era un gato, cuando sus ojos fulgurantes se clavaron en los de él y lanzó un maullido que estremeció a Carlos Alberto por lo inesperado del momento. Pasado el susto, cruzó la primera calle y miró hacia el frente, observó a distancia las cúpulas de la Iglesia de Santiago, templo románico-toscano de construcción moderna pero con cierta caracterización de recogimiento y de respeto. Pensó cambiar de ruta por un inesperado presentimiento, sin embargo desistió la idea y continúo a paso moderado su camino.

Se acordó de cuentos y leyendas escuchadas en un día cuando fue niño, inocente de las realidades de la vida, se dejaba ilusionar por las frases expresivas de la abuela al escuchar de sus labios narraciones de terror, de espanto o de míticos jolgorios que amenizaban las reuniones de familia. Miró de manera prevenida hacia atrás para poder observar con más detenimiento el paso del gato. Recordó que al respecto había muchos agüeros y trató en su mente de captar el verdadero color del pequeño felino, no sabía que responderse así mismo: ¿Era negro? ¿O, era pardo? No sabría precisar. Sintió de pronto un no se qué, que le obligaba a sacar un cigarrillo para encenderlo y proceder a fumar. Buscó entre sus bolsillos una cerilla y procedió a encender el cigarrillo. Al hacerlo, cuando la llama flameaba tratando de prender el cigarrillo, sus ojos se quedaron fijos mirando hacia la iglesia de Santiago donde en medio de la penumbra, parecía desdibujarse una sombra que a manera de bulto indescriptible se asomaba a la tenue luz de los faroles del contorno de la plazoleta que da marco al templo Capuchino.

De principio sintió como un alivio el encontrarse en altas horas de la noche con alguien, por eso Carlos Alberto procedió a botar a un lado la cerilla con que prendió su cigarrillo y caminó un poco más rápido para el encuentro con ese alguien. Ese alguien comenzó a aparecer y desaparecer del panorama conventual del templo, situación que intranquilizó a Carlos Alberto. ¿Quién podría ser, que a manera de fantasma aparecía y desaparecía por entre las sombras de la distante penumbra? Sin darse cuenta tenía el cigarrillo apretado entre sus labios. Su corazón palpitaba aceleradamente. Sus ojos fijos en un sitial de la penumbra y las manos sudando sin saber porqué.

Creyó observar con precisión la singular silueta ¿Era un hombre corpulento? ¿O, era acaso un fraile con su habitual habito de franciscano? La curiosidad pudo más que el temor y como si alguien lo empujara fue caminando hasta donde observaba la imprecisa figura. Un sudor frío, con un nerviosismo expectante se apoderó de Carlos Alberto, quien de pronto paró su caminar y se encontró cara a cara con la singular figura. Se aterró, el temor ante lo inesperado hizo caer el cigarrillo de sus labios y una sequedad en la garganta amargó su boca, cuando con ojos desorbitados pudo constatar que la figura humanoide que tenía al frente, sí era la de un fraile, por el tradicional hábito que cubría su cuerpo, pero con una característica infernal: ¡No tenía cabeza! Era descabezado y aún en la penumbra del sitio en mención podía observarse como daba la impresión de recién habérsela cortado por lo sangrante de su cuello!

Carlos Alberto no resistió un minuto más el horrendo espectáculo del «padre descabezado» y cuando pretendió huir sus piernas no le respondieron. Todo su cuerpo cayó pesadamente y perdió el sentido. Un pequeño hilo de agua amarillenta se comenzó a observar entre sus piernas que fue agrandándose y fetidez de olores nauseabundos se esparcieron por entre el lugar. Al día siguiente, cuando las puertas de la iglesia de Santiago se abrieron para dar paso a los feligreses, varias damas de velos y mantillas sobre sus cabezas observaron el cuerpo de un hombre que yacía tirado en medio de un charco de agua amarillenta, compenetrado con un ambiente donde se expandía fuertes olores que obligaban a los transeúntes a pasar de lado tapándose con pañuelos sus narices.

Terminada la misa, el tropel de la gente a la salida despertó a tal personaje, quien al observar como era mirado de reojo por parte de los transeúntes a su paso, se percató el estado lamentable en que se encontraba y cubriendo su cuerpo con el sobretodo caminó por entre la calle hasta perderse avergonzado sin atinar con precisión que había pasado la noche anterior...
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LA LAGUNA MORA
Alex Fernando Velásquez Naspiran
Estudiante de Ingeniería Agronómica

Se dice que antes de que llegaran los carros al corregimiento del Rosal del Monte, sus habitantes debían de emprender largas caminatas a otras comunidades donde pudieran intercambiar sus productos. Por lo general estos viajes se realizaban hacia el departamento de Putumayo, cruzando lugares muy inhóspitos y con muchos peligros, pues los bosques y pantanos no eran los únicos obstáculos en el camino, sin duda la mayor causa de temor era causada por la presencia de una laguna encantada en esos alrededores, en donde al momento de cruzar caía una niebla tan densa, que era imposible mirar algo, así sea solo a unos metros. Y de esta manera, era como muchas personas se perdían, o más bien, la laguna se los llevaba, puesto que no podía ser coincidencia que siempre la mitad de los viajeros eran los que desaparecían.


Cuenta la leyenda que un día, un indígena cruzaba por la laguna en compañía de su hijo, y que al cruzar justo por el frente de ésta, cayó una niebla tan densa que no permitía que padre e hijo se pudiera observar entre sí. Al llegar al otro extremo, el indígena se dio cuenta de que estaba solo, pues la laguna se había llevado a su hijo. El hombre lleno de ira y desesperación regresó a su aldea, tomó tres cuadros de sal, los bendijo y volvió nuevamente hasta la laguna. Estando ahí, tomó los cuadros de sal en sus manos y haciendo una especie de rezos los lanzó a la mitad de la laguna, para que ésta se fuera; inmediatamente la sal tocó el agua, ésta comenzó a moverse, creando olas inmensas, como si tuviera vida propia.

El indígena observaba como una nube inmensa se levantaba del puesto de la laguna y como precipitándose una granizada de color rosa, ésta se desplazaba más arriba hacia las montañas dejando únicamente un inmenso hueco con una gran cantidad de huesos humanos. Del indígena no se supo más, y respecto a la laguna, dicen que se encuentra escondida entre las montañas, esperando viajeros para capturar.

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LA VIRGEN DE LAS MERCEDES
Sebastián Camilo Enríquez
Estudiante Universidad de Nariño

Cuenta mi abuelo esta historia que me pareció muy entretenida y muy interesante de la Virgen Patrona del lugar donde nació, en Cumbal.
Cuando aún era épocas de revolución, cierto campesino de la zona no sabia para donde escapar de la cruenta guerra que azotaba su pueblo, y por eso, decidió internarse en las montañas y seguir con su vida de forma pacifica, en uno de esos días aquel hombre estaba cortando leña para su sostenimiento, pero encontró un árbol muy lindo parecía de una madera muy buena y estaba preparándose para cortarlo, allí llego su hija con el almuerzo, así dejo el hacha y se dispuso a comer, después de acabar tomo una siesta debajo del frondoso árbol. En sueños se le apareció según cuenta él la Virgen que le ordenó llevar la madera a Ibarra donde hacen los santos y hacer de ella la Virgen de la Mercedes, además debían construirle una capilla y rendirle todos los cultos, si no lo hacia la guerra llegaría hasta aquel lugar.

El campesino estaba muy desconcertado y corrió a casa a contarle a su mujer, decidieron ambos cumplir lo que pedía la Virgen, fueron a cortar el árbol y este empezó a sangrar cosa que fueron a contar a la gente del pueblo y entre todos colocaron los fondos para tal empresa, como era llevar la madera hacia ecuador ya que era muy costoso, pero con mucho esfuerzo hoy en día el pueblo cuenta con su patrona: !La Virgen de las Mercedes y cada año se hace fiestas en su honor, aquel campesino que creyó el sueño de la Virgen vivió, una vida pacifica y duradera al lado de su familia.



1 comentario:

  1. Este tipo de historias que nos cuentan nuestros padres,abuelos son muy importantes para mí porque "generan cultura" que retroalimenta la siguiente generación...

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