En este espacio se muestran una serie de leyendas que hacen parte de la construcción de la región y que en múltiples ocasiones se disfrazan de carnaval, cabe recordar que estos textos son nacientes de la oralidad y luego, pasan a formar parte del compendio de la escritura, formando nuevos conceptos como el de "oralitura".
Aquí hay una muestra de los estudiantes del semestre A 2012:
Aquí hay una muestra de los estudiantes del semestre A 2012:
EL DUENDE TAMBIÉN RAPTA A LOS HOMBRES
Figura No 1. El duende cantor Escultor: Franklin Melo Cháves |
Por Iván Dario Martínez Cháves
Estudiante de Medicina
Cuentan los ancianos, que los duendes también secuestran a los humanos de género masculino para hacer trabajos
forzados, que a ellos, no les gustan hacer...
En una ocasión, una familia del campo conformada por Rosa y Juan (los padres), y Andrés y John (los hijos), siempre se comunicaban con amabilidad y confianza. Así, los hermanos salían todas las mañanas a cortar leña para las funciones y necesidades
de su casa. Un día Andrés sale a cortar leña, pero se interna
demasiado en el bosque y mira a lo lejos un hombre de baja estatura, con un
gorro puntiagudo demasiado llamativo. El pequeño hombre pedía auxilio y Andrés
le prestó atención.
Después del evento, el hombrecillo le dice: ¿Tú quieres mi oro? Andrés responde: sí, ¿Qué tengo que hacer para tenerlo? -Solo tienes
que hacer unos arreglos a mi castillo- dijo el primero. Andrés con tal ambición, decidió salir con este pintoresco personaje.
Mientras tanto, en la casa de Andrés estaban preocupados por su ausencia, por eso deciden salir a buscarlo en la madrugada pero no tuvieron ninguna señal del joven. Buscaron y buscaron, habían pasado cuatro días de incertidumbre, y que terminaron a encontrarlo en una casa abandonada
ya por caerse. Estaba comiendo una gran cantidad de desechos de ganado. Sus padres y
su hermano le preguntaban por qué estaba comiendo eso. Andrés, les respondía que era un rico pastel que el dueño del castillo le había dado por el arreglo del techo del
castillo...
Al escuchar esto, sus familiares deciden sacarlo de inmediato de ese
lugar, llegando a la conclusión: !ESTÁ ENDUENDADO!
Y desde entonces, se dice que Andrés en las noches de luna llena, es raptado
por este extraño personaje y sus familiares tienen que salir a buscarlo.
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EL PADRE DESCABEZADO
Figura No 2. El padre descabezado Fuente: Los Andes.com |
Por Nicolás Alejandro Arellano Villota
Estudiante de Lic.
Lengua Castellana Y Literatura
La
penumbra cubre casi por completo las calles, las cuales están iluminadas por pequeños faroles que
producen una tenue luz que corta e incomoda a la oscuridad con su incesante
parpadeo. El silencio se apodera también de éstas calles, adornadas -en ocasiones- tétricamente por la luna. Además, dicho momento se complementa con una iglesia blanca y azul, donde varían los tintes de
terror, produciendo una casi perfecta gama de colores de misterio.
A la media
noche, de entre la espesa niebla y el escándalo del silencio, aparece un padre
con su sotana negra, rosario y crucifijo en una mano y la biblia en la otra,
faltando solo una cosa para estar completo: su cabeza.
El
padre descabezado camina sin rumbo, dando las misas que no alcanzó a dar en
vida. Nadie sabe lo que este ente con sotana les hace a sus victimas, tal vez las busca para romper sus votos de celibato, pero no quiero averiguarlo. El
padre descabezado sigue apareciendo en las calles de San Felipe y se rumora que cuando ofrezca su última misa, podrá descansar en paz.
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INSÓLITA VIDA
Figura No. 3 Expresiones Fuente: Facebook.com |
Marilyn Stephanny
Cabrera Tobar
Estudiante de
Licenciatura en Lengua Castellana y Literatura
Una visión que le hace falta a muchos.
Ella sintió al amanecer una pesadez en sus parpados y lo único que pensó, fue en no despertar, pues aún quería que sus sueños estuvieran presentes,
para así contarle nuevas historias al
mundo, unas mucho más largas, que hagan lo posible por cambiar la visión de
aquellos gusanos que no buscan sino corroer los frutos y enviar bellos cantos
al viento, para sentir una vez más !Qué estaba viva!, aunque a veces intuye que no tendrá salida,
ya que sus deseos por plantearle al ser
humano una forma más completa de lo que
realmente significa el estar entre la
tierra y el cielo, suelen terminar presos en la oscuridad de lo que significa la
nada.
Pero la muerte aún no era dueña de su alma, se mostraba
tan dura al corresponder a su pensamiento rocoso, podría soportar los
disparates más locos, hasta los de un payaso, mostrándose fría, hipócrita y llena
de coraje al momento de lanzar una sonrisa.
Al despertar tomó su sabana para secar su rostro mojado de
ilusas emociones, esperanzas y visiones que tomaría como puntal para abrirle su
verdadero corazón al más transeúnte ser, la mujer camina al colorido pero
silencioso lugar lleno de sillas vacías que en algún momento tardío serian
ocupados por aquellos experimentos de la vida.
Cuando observa que el lugar está a punto de reventar, inicia
a contar lo que en muchas noches le dicto su estrepitoso inconsciente y ella ha
convertido en grandes historias, luego de narrar unas cuatro o cinco dirige su
mareada mirada a un hombre que se encontraba parado en el umbral de la puerta,
por lo visto del senado lo cual es algo muy extraño, así que decidió ponerle
los más helados frenos a sus relatos y de aquel extremo le lanza los más
posibles cuestionarios.
El hombre aguardo silencio hasta que la mujer pronunciara la
última palabra de su tan planeado discurso para aquella sociedad que a su
parecer pone veneno hasta en el pétalo de la flor más hermosa, así que Gabriel
impregnaba en su mente la figura de María Victoria, una pintura creada con el
más fino pincel y al sentir sus ojos frente a su gran tallado cuerpo le dijo:
mírate eres una mujer que intenta cambiar el mundo, pero suenas como si quien
en realidad deseara cambiar fueras tu. Mi alma a decidido que yo pisara el
camino a este lugar para pedirte algo:
cuenta tu historia, aquella que relate tu vida y no la que quisieras vivir,
victoria sonrojada cerro sus ojos y empezó a descubrir quién era realmente y
así despertó y pudo cambiar el mundo.
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EL PADRE DESCABEZADO
Por Viviana Villareal
Estudiante de
Economía
Carlos Alberto miró de reojo su reloj
y precipitadamente se levantó del mullido sillón donde libaba unos tragos en
compañía de una grata y concupiscente mujer, tomó su abrigo y salió a la calle, bajó el umbral de la puerta miró a uno y al otro lado de la oscura calle,
nada o casi nada observó en medio de la tenue luz del deficiente alumbrado
público del sector. Se levantó las solapas del chaquetón para cubrirse un poco
del frío de aquella noche y comenzó a caminar pausadamente hacia la parte
baja y central de la ciudad.
Su sombra se proyectó sobre la fría
pulidez de la grisácea piedra que a manera de irregular tablero de ajedrez
servía de andén en la estrecha calle. Observó, entonces, cuán flaca era su
contextura al contrastar la delgada cabeza proyectada con la holgura de su
gabán oscuro, hizo un ademán con una de sus manos y miró igualmente como sus manos contrastaban con las anchas mangas del sobretodo. Sonrío para
sus adentros y miró nuevamente la hora en el reloj. -¡Caramba! ¡Cómo pasa el
tiempo! !Son cerca de las doce!- meditó en su pensamiento y continúo calle abajo
sin observar movimiento alguno a su alrededor.
Su escuálida figura, de hombre alto,
con un gabán oscuro, ancho, se agigantaba y achicaba a la vez sobre la sombra
proyectada por la tenue luz de las bombillas del alumbrado público. Habían
pasado unas cuantas horas con aquella grata compañía de la concupiscente mujer
y ya era tiempo de regresar a casa para descansar holgadamente bajo el techo de
su propio hogar. El licor que consumió sirvió únicamente para deleitar la
palabra, para amenizar el momento de aquel amor furtivo, no había embriaguez en
su cabeza ni mucho menos, los estragos tambaleantes del beodo, apenas daban
pauta para aplacar el frío de la oscura noche sobre la estrecha callejuela.
Sintió de pronto un ruido que salio entre
las sombras y vio cruzar delante de él un pequeño montículo fugaz, que al llegar
al lugar titilante de la tenue luz pudo distinguir: era un gato, cuando sus
ojos fulgurantes se clavaron en los de él y lanzó un maullido que estremeció a
Carlos Alberto por lo inesperado del momento. Pasado el susto, cruzó la primera
calle y miró hacia el frente, observó a distancia las cúpulas de la Iglesia de
Santiago, templo románico-toscano de construcción moderna pero con cierta
caracterización de recogimiento y de respeto. Pensó cambiar de ruta por un
inesperado presentimiento, sin embargo desistió la idea y continúo a paso
moderado su camino.
Se acordó de cuentos y leyendas escuchadas en un día cuando fue niño, inocente de las realidades de la vida, se
dejaba ilusionar por las frases expresivas de la abuela al escuchar de sus
labios narraciones de terror, de espanto o de míticos jolgorios que amenizaban
las reuniones de familia. Miró de manera prevenida hacia atrás para poder
observar con más detenimiento el paso del gato. Recordó que al respecto había
muchos agüeros y trató en su mente de captar el verdadero color del pequeño
felino, no sabía que responderse así mismo: ¿Era negro? ¿O, era pardo? No
sabría precisar. Sintió de pronto un no se qué, que le obligaba a sacar un
cigarrillo para encenderlo y proceder a fumar. Buscó entre sus bolsillos una
cerilla y procedió a encender el cigarrillo. Al hacerlo, cuando la llama
flameaba tratando de prender el cigarrillo, sus ojos se quedaron fijos mirando
hacia la iglesia de Santiago donde en medio de la penumbra, parecía desdibujarse
una sombra que a manera de bulto indescriptible se asomaba a la tenue luz de
los faroles del contorno de la plazoleta que da marco al templo Capuchino.
De principio sintió como un alivio el
encontrarse en altas horas de la noche con alguien, por eso Carlos Alberto
procedió a botar a un lado la cerilla con que prendió su cigarrillo y caminó un
poco más rápido para el encuentro con ese alguien. Ese alguien comenzó a
aparecer y desaparecer del panorama conventual del templo, situación que
intranquilizó a Carlos Alberto. ¿Quién podría ser, que a manera de fantasma
aparecía y desaparecía por entre las sombras de la distante penumbra? Sin
darse cuenta tenía el cigarrillo apretado entre sus labios. Su corazón
palpitaba aceleradamente. Sus ojos fijos en un sitial de la penumbra y las
manos sudando sin saber porqué.
Creyó observar con
precisión la singular silueta ¿Era un hombre corpulento? ¿O, era acaso un fraile
con su habitual habito de franciscano? La curiosidad pudo más que el temor y
como si alguien lo empujara fue caminando hasta donde observaba la imprecisa
figura. Un sudor frío, con un nerviosismo
expectante se apoderó de Carlos Alberto, quien de pronto paró su caminar y se
encontró cara a cara con la singular figura. Se aterró, el temor ante lo
inesperado hizo caer el cigarrillo de sus labios y una sequedad en la garganta
amargó su boca, cuando con ojos desorbitados pudo constatar que la figura
humanoide que tenía al frente, sí era la de un fraile, por el tradicional hábito
que cubría su cuerpo, pero con una característica infernal: ¡No tenía cabeza! Era descabezado y aún en la penumbra del sitio en mención podía observarse como
daba la impresión de recién habérsela cortado por lo sangrante de su cuello!
Carlos Alberto no resistió un minuto
más el horrendo espectáculo del «padre descabezado» y cuando pretendió huir sus
piernas no le respondieron. Todo su cuerpo cayó pesadamente y perdió el
sentido. Un pequeño hilo de agua amarillenta se comenzó a observar entre sus
piernas que fue agrandándose y fetidez de olores nauseabundos se esparcieron
por entre el lugar. Al día siguiente, cuando las puertas de la iglesia de
Santiago se abrieron para dar paso a los feligreses, varias damas de velos y
mantillas sobre sus cabezas observaron el cuerpo de un hombre que yacía tirado
en medio de un charco de agua amarillenta, compenetrado con un ambiente donde
se expandía fuertes olores que obligaban a los transeúntes a pasar de lado
tapándose con pañuelos sus narices.
Terminada la misa, el tropel de la
gente a la salida despertó a tal personaje, quien al observar como era mirado de
reojo por parte de los transeúntes a su paso, se percató el estado lamentable
en que se encontraba y cubriendo su cuerpo con el sobretodo caminó por entre la
calle hasta perderse avergonzado sin atinar con precisión que había pasado la
noche anterior...
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LA LAGUNA MORA
Alex Fernando
Velásquez Naspiran
Estudiante de
Ingeniería Agronómica
Se dice que antes de que llegaran los carros al corregimiento del Rosal del Monte, sus habitantes debían de emprender largas caminatas a otras comunidades donde pudieran intercambiar sus productos. Por lo general estos viajes se realizaban hacia el departamento de Putumayo, cruzando lugares muy inhóspitos y con muchos peligros, pues los bosques y pantanos no eran los únicos obstáculos en el camino, sin duda la mayor causa de temor era causada por la presencia de una laguna encantada en esos alrededores, en donde al momento de cruzar caía una niebla tan densa, que era imposible mirar algo, así sea solo a unos metros. Y de esta manera, era como muchas personas se perdían, o más bien, la laguna se los llevaba, puesto que no podía ser coincidencia que siempre la mitad de los viajeros eran los que desaparecían.
Cuenta la leyenda que un día, un indígena cruzaba por la
laguna en compañía de su hijo, y que al cruzar justo por el frente de ésta,
cayó una niebla tan densa que no permitía que padre e hijo se pudiera observar
entre sí. Al llegar al otro extremo, el indígena se dio cuenta de que estaba
solo, pues la laguna se había llevado a su hijo. El hombre lleno de ira y
desesperación regresó a su aldea, tomó tres cuadros de sal, los bendijo y
volvió nuevamente hasta la laguna. Estando ahí, tomó los cuadros de sal en sus
manos y haciendo una especie de rezos los lanzó a la mitad de la laguna, para
que ésta se fuera; inmediatamente la sal tocó el agua, ésta comenzó a moverse,
creando olas inmensas, como si tuviera vida propia.
El indígena observaba como una nube inmensa se levantaba del
puesto de la laguna y como precipitándose una granizada de color rosa, ésta se
desplazaba más arriba hacia las montañas dejando únicamente un inmenso hueco
con una gran cantidad de huesos humanos. Del indígena no se supo más, y
respecto a la laguna, dicen que se encuentra escondida entre las montañas,
esperando viajeros para capturar.
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LA VIRGEN DE LAS MERCEDES
Sebastián Camilo Enríquez
Estudiante Universidad de
Nariño
Cuenta mi abuelo esta historia que me
pareció muy entretenida y muy interesante de la Virgen Patrona del lugar donde
nació, en Cumbal.
Cuando aún era épocas de
revolución, cierto campesino de la zona no sabia para donde escapar de la
cruenta guerra que azotaba su pueblo, y por eso, decidió internarse en las montañas y
seguir con su vida de forma pacifica, en uno de esos días aquel hombre estaba
cortando leña para su sostenimiento, pero encontró un árbol muy lindo parecía
de una madera muy buena y estaba preparándose para cortarlo, allí llego su hija
con el almuerzo, así dejo el hacha y se dispuso a comer, después de acabar tomo
una siesta debajo del frondoso árbol. En sueños se le apareció según cuenta él la Virgen que le ordenó llevar la madera a Ibarra donde hacen los santos y
hacer de ella la Virgen de la Mercedes, además debían construirle una capilla y
rendirle todos los cultos, si no lo hacia la guerra llegaría hasta aquel lugar.
El campesino estaba muy desconcertado y corrió a casa a contarle a su mujer, decidieron ambos cumplir lo que pedía la Virgen, fueron a cortar el árbol y este empezó a sangrar cosa que fueron a contar a la gente del pueblo y entre todos colocaron los fondos para tal empresa, como era llevar la madera hacia ecuador ya que era muy costoso, pero con mucho esfuerzo hoy en día el pueblo cuenta con su patrona: !La Virgen de las Mercedes y cada año se hace fiestas en su honor, aquel campesino que creyó el sueño de la Virgen vivió, una vida pacifica y duradera al lado de su familia.
El campesino estaba muy desconcertado y corrió a casa a contarle a su mujer, decidieron ambos cumplir lo que pedía la Virgen, fueron a cortar el árbol y este empezó a sangrar cosa que fueron a contar a la gente del pueblo y entre todos colocaron los fondos para tal empresa, como era llevar la madera hacia ecuador ya que era muy costoso, pero con mucho esfuerzo hoy en día el pueblo cuenta con su patrona: !La Virgen de las Mercedes y cada año se hace fiestas en su honor, aquel campesino que creyó el sueño de la Virgen vivió, una vida pacifica y duradera al lado de su familia.